viernes, 25 de febrero de 2011

Las coníferas y el fuego

Las coníferas se encuentran mejor adaptadas al fuego que la mayoría de plantas. Incluso se favorecen de los incendios al eliminarles la competencia de otras especies.
Para poder adaptarse al fuego, muchas de estas plantas han desarrollado una corteza gruesa que evita que el fuego queme las partes vitales. Entre las más conocidas y adaptadas se encuentra el pino canario ( Pinus canariensis) cuyo tronco y ramas se encuentra cubierto de una capa muy gruesa capaz de aislar las capas internas. Incluso, si el tronco resulta afectado, este árbol puede rebrotar desde el suelo o regenerar la parte del tronco dañado a partir de unos tejidos especiales que no se encuentran en ninguna otra conífera.
Otras coníferas no tienen esta capacidad de rebrote pero también resultan favorecidas por los incendios. Muchos pinos o cipreses poseen piñas que permanecen cerradas hasta que el calor de un incendio las abre y expulsa las semillas. Estas pueden crecer en un terreno donde el incendio ha eliminado las especies competidoras. Muchos suelos son incluso más productivos después del fuego, pues el calor descompone las hojas y extrae componentes que lo enriquecen.
Así pues, los incendios naturales producidos por rayos solares o por tormentas han favorecido en muchos lugares la presencia de una vegetación donde predominan las coníferas.

Más información sobre las plantas en el listado superior.

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